El contrato a tiempo parcial, es decir, el empleo por horas, se está convirtiendo en el contrato estrella de hoy en día, el minijob español.
De los 14,7 millones de contratos totales que se realizaron en el año 2013, casi 5,3 millones, es decir, el 36% fueron por horas. De cada cien nuevos empleados, 36 han accedido a un trabajo con jornada parcial. De ellos, 30 puestos se han cubierto mediante un contrato temporal y seis mediante uno indefinido, también por horas.
Esta modalidad de contratación es más frecuente en el sector servicios donde prácticamente uno de cada cinco empleos es por horas, lo cual es lógico, ya que este contrato suele prodigarse en la hostelería y el comercio, actividades caracterizadas por la temporalidad.
Por tramos de edad, más de la mitad (51,6%) de los jóvenes de menos de 20 años que trabajan tienen un empleo por horas, la cifra llega al 38,3% hasta los 25 años y al 22,4% por debajo de los 30 años. Pero la jornada parcial no es patrimonio sólo de los más jóvenes, ya que el 15% de quienes tienen entre 35 y 50 años, tiene un contrato por horas.
Este tipo de contratación no es en sí mismo negativo para el panorama laboral, siempre que como ocurre en otros países europeos ( Holanda, Noruega, Alemania..) sea demandado por la población activa, que voluntariamente decide trabajar sólo unas horas, bien sea, como en el caso de los jóvenes, para obtener unos ingresos durante su etapa de formación, que no les afecte de manera sustancial al desarrollo de sus estudios o bien, en el caso de trabajadores que quieran completar los ingresos familiares y conciliar vida laboral y personal.
Sin embargo, en el caso español, parece que este tipo de contrato no es demandado por la mayoría, que pretende trabajar a jornada completa, sobre todo en la situación actual de crisis, que ha devaluado los salarios y afectado a las economías familiares de forma profunda. Según Paloma López, Secretaria de Empleo de CCOO, más del 60% de los españoles que tienen este contrato manifiesta que no tienen más remedio que aceptar esta fórmula porque no encuentran otro empleo.
Desde el punto de vista normativo, en el Real Decreto Ley 16/2013, de 20 de diciembre de 2013, sobre Medidas para favorecer la contratación estable y mejorar la empleabilidad de los trabajadores, se intenta hacer más atractiva a los empresarios esta modalidad.
Además de elevar las bonificaciones de las cuotas, el Gobierno ha establecido la posibilidad de que los empresarios incrementen las horas complementarias, con un preaviso al trabajador de sólo tres días frente a los siete anteriores. Se pueden hacer más horas complementarias en una cantidad equivalente al 90% de la jornada ordinaria frente al 60% de la regulación hasta diciembre. ¿Será ésta una forma de encubrir jornadas completas con contratos a tiempo parcial?
Los efectos del fomento de la contratación a tiempo parcial y sus consecuencias se irán viendo en los próximos meses, de momento, y según los datos del Inem a 31 de enero de 2014, se observa una reducción de los contratos indefinidos a tiempo parcial en favor de los temporales a tiempo parcial.
De los 14,7 millones de contratos totales que se realizaron en el año 2013, casi 5,3 millones, es decir, el 36% fueron por horas. De cada cien nuevos empleados, 36 han accedido a un trabajo con jornada parcial. De ellos, 30 puestos se han cubierto mediante un contrato temporal y seis mediante uno indefinido, también por horas.
Esta modalidad de contratación es más frecuente en el sector servicios donde prácticamente uno de cada cinco empleos es por horas, lo cual es lógico, ya que este contrato suele prodigarse en la hostelería y el comercio, actividades caracterizadas por la temporalidad.
Por tramos de edad, más de la mitad (51,6%) de los jóvenes de menos de 20 años que trabajan tienen un empleo por horas, la cifra llega al 38,3% hasta los 25 años y al 22,4% por debajo de los 30 años. Pero la jornada parcial no es patrimonio sólo de los más jóvenes, ya que el 15% de quienes tienen entre 35 y 50 años, tiene un contrato por horas.
Este tipo de contratación no es en sí mismo negativo para el panorama laboral, siempre que como ocurre en otros países europeos ( Holanda, Noruega, Alemania..) sea demandado por la población activa, que voluntariamente decide trabajar sólo unas horas, bien sea, como en el caso de los jóvenes, para obtener unos ingresos durante su etapa de formación, que no les afecte de manera sustancial al desarrollo de sus estudios o bien, en el caso de trabajadores que quieran completar los ingresos familiares y conciliar vida laboral y personal.
Sin embargo, en el caso español, parece que este tipo de contrato no es demandado por la mayoría, que pretende trabajar a jornada completa, sobre todo en la situación actual de crisis, que ha devaluado los salarios y afectado a las economías familiares de forma profunda. Según Paloma López, Secretaria de Empleo de CCOO, más del 60% de los españoles que tienen este contrato manifiesta que no tienen más remedio que aceptar esta fórmula porque no encuentran otro empleo.
Desde el punto de vista normativo, en el Real Decreto Ley 16/2013, de 20 de diciembre de 2013, sobre Medidas para favorecer la contratación estable y mejorar la empleabilidad de los trabajadores, se intenta hacer más atractiva a los empresarios esta modalidad.
Además de elevar las bonificaciones de las cuotas, el Gobierno ha establecido la posibilidad de que los empresarios incrementen las horas complementarias, con un preaviso al trabajador de sólo tres días frente a los siete anteriores. Se pueden hacer más horas complementarias en una cantidad equivalente al 90% de la jornada ordinaria frente al 60% de la regulación hasta diciembre. ¿Será ésta una forma de encubrir jornadas completas con contratos a tiempo parcial?
Los efectos del fomento de la contratación a tiempo parcial y sus consecuencias se irán viendo en los próximos meses, de momento, y según los datos del Inem a 31 de enero de 2014, se observa una reducción de los contratos indefinidos a tiempo parcial en favor de los temporales a tiempo parcial.
